Esta pregunta es muy difÃcil plantearla desde el interior de la Rama Judicial y más si quien la hace es un juez, ya que se enfrenta a varios problemas tanto de naturaleza jurÃdica como polÃtica y social. Me explico.
Cuando se conoció el escándalo las Juezas y los Jueces de Colombia quedamos estupefactos sin saber qué decir ni qué hacer en el ámbito público, porque en lo privado casi todos tuvimos una opinión. Se plantearon tres posturas bien distintas: según la primera hay que respetarle la presunción de inocencia y defensa porque asà sea magistrado está protegido por los derechos fundamentales y constitucionales; conforme a la segunda debe renunciar porque no se trata simplemente de un ciudadano ni de un juez cualquiera sino que por ser la cabeza o pertenecer a la Corte Constitucional representa unos valores y debe ser sÃmbolo de probidad, honradez y respeto, y no se trata de debilitar sus derechos fundamentales sino de desligar esos dos debates salvaguardando la institución; según la tercera postura existe una conspiración que consiste en que el grupo polÃtico de la Unidad Nacional de Santos quiere desprestigiar al grupo polÃtico del Centro Democrático, al cual pertenece el presidente que designó al Magistrado Pretelt.
ASOJUDICIALES en su interior, también, tiene ese mismo debate, todavÃa no resuelto. Sin embargo, con la nueva información que al cabo de cierto tiempo vuelve y aparece sobre el H. Magistrado y, por sobre todo, por ese llamado a la desobediencia civil a las sentencias de la Corte Constitucional promovida por la directora de Noticias Uno y columnista de El Espectador Cecilia Orozco Tascón (http://www.elespectador.com/opinion/esas-cortes-desobediencia-civil), y ahora alimentada por nueva información de Daniel Coronel donde muestra que, al parecer, el señor Pretelt ha ocultado información y faltado a la verdad (http://www.semana.com/opinion/articulo/daniel-coronell-rico-mcpretelt/430376-3), como por la comparación que se hace, sin ningún tipo de respeto, con la corrupción de la FIFA (http://www.semana.com/opinion/articulo/daniel-samper-ospina-magistrado-pretelt-magistrado-rojas-salven-ustedes-la-fifa/430339-3), por estas razones, esencialmente, no podemos seguir callando.
ASOJUDICIALES es el sindicato de las Juezas y los Jueces de Colombia, por ello no puede seguir en este silencio cómplice frente a todo lo que ocurre, porque con ello nosotros estamos permitiendo que la imagen del juez y de la justicia esté siendo socavada. La sociedad no soporta ni se merece esta postura incolora e insÃpida. Quiere que sus JJ sean protagonistas de su transformación hacia una sociedad decente, pacÃfica y pluralista. Sin arredrarse ante los poderosos. Nuestra postura, desde el principio, ha sido la de alimentar la crÃtica seria y fundamentada. Sin dogmatismos ni fanatismos, sólo despejamos el camino y abrimos el espacio para que cada JJ adopte su posición, pues no buscamos crear un partido ni una religión, sólo acudimos al JJ porque creemos en ella y en él, porque consideramos que son el emblema de la razón, de esa razón pacÃfica, pluralista y secular, donde lo que vale son los buenos y mejores argumentos.
Preguntémonos si alguna de las tres posturas es la correcta o si todas tienen algo de verdad y, por tanto, habrÃa una cuarta postura ecléctica. Sin embargo, el eclecticismo es este caso no vale porque deja todo igual y permite que se ahonde la crisis de la justicia.
Para contribuir a esclarecer el asunto pensamos que es necesario despejar ciertos prejuicios e identificar en cada una de las posturas sus valores y las formas de manifestarse, para que sea cada JJ la o el que finalmente adopte aquella postura que considere más consistente según sus propias creencias y principios y el lugar que desee ocupar dentro de la sociedad colombiana.
Que el presidente de la Corte Constitucional no debe renunciar porque tiene derecho a la presunción de inocencia y defensa. Ciertamente que el valor esencial del argumento de los derechos fundamentales está basado en el hombre con un fin en sà mismo y nunca como medio. Desde esta perspectiva coincidimos con esta premisa, sin embargo, por el mismo hecho que no se puede desligar totalmente y de manera abstracta la defensa de los derechos fundamentales con el hombre mismo en su actuar, es que necesariamente este primer enfoque está vinculado al segundo argumento. Es decir, defender la no renuncia del magistrado Pretelt, no puede hacerse por fuera de este contexto.
Segundo, debemos aceptar que por el hecho de pertenecer a la Corte Constitucional y ser su presidente, además de ser un ciudadano y juez, tiene un papel especial pues simboliza y encarna la justicia misma, la pulcritud, la probidad, la ética pública, la sabidurÃa, la majestad y la respetabilidad. No es un ciudadano o juez cualquiera, luego sus actos y sus decisiones deben distinguirse, se miden con parámetros distintos. Por eso muchos consideramos que el presidente de la Corte Constitucional cuando se vea cuestionado, no por una parte dentro del proceso, sino por otro magistrado de la misma Corte y por un hecho tan lamentable, debe actuar con dignidad y grandeza, y deponer sus intereses personales para proteger la misma institución que lo exaltó acogiéndolo, para de esa forma pasar a defenderse y ejercer sus derechos fundamentales. Obsérvese que de ninguna manera se vulneran sus derechos fundamentales. Estos dos ámbitos no pueden confundirse.
Tercero, la tesis de la conspiración. Esta teorÃa nos parece bien descabellada porque supone que toda la información sobre el caso es un invento de los enemigos polÃticos, que nada es verdad sino que es una deformación de la realidad. Que el problema es de quienes hoy quieren imponer un discurso polÃtico sobre la paz, el gobierno Santos y sus aliados, en contra de quienes, supuestamente, tienen otra visión, también legÃtima, sobre la paz: el Centro Democrático y sus aliados, entre ellos el señor Procurador. La pregunta que surge en torno a lo anterior, es qué tiene que hacer un juez de la república, y uno de los primeros entre todos, en ese debate polÃtico? Qué hace ahà metido el presidente de la Corte Constitucional cuando es él quien debe estar más allá de esos enfrentamientos para que pueda decidir de manera imparcial cuando sea sometido a su juicio cualquiera de esos debates? Luego, si aceptamos este argumento debemos aceptar que nuestros magistrados de la Corte Constitucional no obedecieron el principio de la ingratitud de origen, es decir, desligarse de quien lo postula y de sus mayorÃas polÃticas de turno. Es decir, el hecho que lo haya postulado el presidente Uribe no significa que le deba lealtad a él sino a la Constitución y a los derechos.
 A pocos dÃas de la culminación del debate sobre la Reforma al  Equilibrio de Poderes, el escándalo del magistrado Pretelt ha sobrepasado el ámbito personal y ha tocado la misma institucionalidad de la Rama Judicial, tanto ha sido asà que al interior de ella no se ha logrado un consenso mÃnimo para enfrentar la reforma propuesta por el Gobierno Nacional, sólo hay que ver cómo las salas plenas de la Corte Suprema y Consejo de Estado se apartaron de la propuesta de sus presidentes.
El panorama es bastante desolador y desalentador porque la situación es mucho más grave ya que el mismo magistrado Pretelt aceptó renunciar siempre que todos los demás magistrados de la Corte Constitucional renunciaran, pues también ellos están incursos en las prácticas que le cuestionan. Por lo tanto, frente a la pregunta inicial solamente hemos querido exponer ciertos elementos de juicio que, desde nuestra perspectiva, deben despejar el panorama para que adoptemos la mejor y más correcta postura como jueces, pues ASOJUDICIALES no es una religión ni un partido, sino un sindicato que promueve el pensamiento crÃtico, la concepción democrática de los derechos, la independencia democrática como derecho humano y fundamental.